domingo, 22 de julio de 2012

Reflexiones sobre el Arte Sonoro y el Universo Geométrico de la Música.



Por: Delfín Martell G.
El universo vertical del arte sonora es definido por la palabra armonía; termino eminentemente de influencia occidental.  La armonía de los sonidos, al igual que la armonía entre los humanos, es una estética consumada por la evolución y las costumbres; palabras sabias del maestro Jesús Fernández Vizcaíno. Pero es aún más cierto que todo es posible con nuestros doce sonidos, fruto no de la casualidad, sino de los armónicos naturales generados por los cuerpos sonoros de este espacio-universo; llamado Tierra. El sonido es capaz de ser refinado, brusco, sensible, bélico, femenino, masculino, dulce, áspero y más. Sólo tenemos que unirlos, asociarlos de una manera u otra, para que respondan como nosotros queremos, son dóciles pero, al igual que los humanos, pueden ser agresivos si no los tratamos y domesticamos con sensibilidad, amor y con mucho estoicismo y constancia. Cuando hablamos de armonía de color debemos cambiar radicalmente nuestros hábitos. 

Las funciones tonales y los enlaces más comunes de la armonía funcional tienen muy poca cabida en este apartado estético. Eso significa que debemos liberar, o mejor, relajar la estricta aplicación de los tecnicismos estudiados hasta ahora. El maestro Miguel Casas Augé comentaba en sus clases que se debía estudiar la armonía; pero luego, olvidarla…el maestro se refería al hecho de estudiar y manejar el aspecto teórico, pero luego, aplicarla en función de la creatividad. Un ejemplo real es el caso de la Armonía Tonal, al igual que nuestra sociedad actual, tal vez no sea la mejor, pero es producto de nuestra evolución. El Prof. Jesús Fernández lo explicaría; más o menos de esta forma: Tampoco es la única, también podríamos partir del caos, al igual que en la atonalidad, el serialísmo, etc., para llegar a otro tipo de Armonía; o bien formar otra escala de valores, otras jerarquías, etc. Sea cual sea la manera, bien por el caos o por el orden, o por un orden desordenado, nuestro fin último será la agrupación, la unión, la sucesión, la convivencia de unos sonidos, o de unos humanos, la Armonía. Incluso, podríamos aseverar con rotundidad que, la evolución de los conceptos de consonancia y disonancia es, sin duda alguna, la evolución de la Música y por lo tanto de la Armonía.
Parece un contrasentido actuar de forma contraria a lo que habitualmente establece la creación artística musical, que parte de una melodía que se embellece y complementa posteriormente con la armonización y orquestación. Pero sin duda la armonía  tiene sus propias exigencias y una de ellas consiste en que prevalece la idea armónica como elemento referente por encima de los demás. El intimo encuentro del hombre con el sonido interior, que esta en función del pensamiento abstracto  del hombre.
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