Por: Delfín Martell
La crítica musical madrileña fue dura con la presentación de la Simón Bolívar en la pasada presentación del día sábado 25 del presente mes.
El crítico trató de ocultar su posición política respecto a la situación del país de origen de la orquesta, pero a buen entendedores pocas palabras y cito. “Quien esto firma sólo ha visto en vivo a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar en una ocasión, hace ahora diez años, cuando ofreció un concierto extraordinario para la Fundación Scherzo, con la Novena de Beethoven en el programa. “Regresa ahora a Madrid como etapa final de una gira europea que no ha estado exenta de controversia por la coincidencia con los recientes acontecimientos en Venezuela, además de algunos artículos aparecidos en la prensa británica sobre en lo que ha devenido El Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela, el famoso y en su momento muy aplaudido empeño de José Antonio Abreu. Pero esto es una reseña musical, y más allá de reseñar que la polémica existe, procede decir aquello de “no expresaré mi opinión sobre el asunto aquí, aunque obviamente la tengo.”
Pero más adelante expresa en su trabajo crítico lo siguiente: La visita de 2015 resultó, en mi modesta opinión, decepcionante. La formación venezolana demostró una calidad discreta y, tampoco fue muy ayudada por un Dudamel que dejó demasiadas dudas, y planteó un Beethoven de tosco perfil y espesas texturas. “Lo interesante del juicio es que al crítico musical se olvidó que Dudamel recibió el anillo Beethoven por su criterio estético al conducir obras del sordo de Bomm”
El regreso, diez años después, debía permitir apreciar cambios en orquesta y director. De las varias ocasiones en que, con otras formaciones, he visto a Dudamel, he tenido la impresión de encontrarme ante alguien de un talento natural indiscutible, pero al que un cúmulo de circunstancias de diverso tipo puso en la primera línea demasiado pronto, cuando creo que aún le faltaba formación en el gran repertorio sinfónico y operístico. En estos años, a juzgar por lo observado en algunos vídeos recientes, parece haber pulido y madurado, y su reciente concierto straussiano con la Filarmónica de Viena en el Festival de Salzburgo de 2024 ofreció un resultado notable, bien diferente de lo que podía escucharse en ese repertorio hace unos años. Con todo, el marketing que le rodea era y sigue siendo poderosísimo,
Este juicio crítico -en cuestión- motivo en este servidor la necesidad de realizar un análisis de escenario y las dimensiones de la obra ejecutada por la orquesta, descargo de la muy maliciosa nota crĺtica.
El analista musical también se tomó su tiempo al realizar algunos comentarios de índole maliciosa sobre el maestro Dudamel y su presentación con la Orquesta Simón Bolívar en el año 2015 con la Novena de Beethoven. “Es de hipócrita saludar con un abrazo y luego dejar correr un buen porcentaje de veneno a través de un artículo en lenguaje académico, subestimando el nivel de seriedad respeto global que tiene Dudamel y su crecimiento meteórico en el universo de la música académica o clásica. El concierto se realizó en Madrid. Auditorio Nacional. 25-I-2025. Ibermúsica 24/25. Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Coro de la Comunidad de Madrid. Pequeños Cantores de la ORCAM. Marianne Crebassa, mezzo. Director: Gustavo Dudamel. Mahler: Sinfonía nº 3
En contacto con el arte del sonido y sus cultores y en el mes del artista nacional.
La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar en gira por Europa interpretó una de las obras monumentales de la música académica y autoría del maestro Gustav Mahler.
continuación una sinopsis de la obra.
La Sinfonía n.º 3 en D menor de Gustav Mahler, es una sinfonía coral de más de una hora y media de duración. Estrenada en junio de 1902 en Krefeld (Alemania) por el propio compositor, consta de seis movimientos, uno de los cuales requiere un coro de niños y de mujeres y una contralto. La tercera sinfonía fue escrita durante un período de unos cuatro años. En 1892 Mahler comenzó a concebir la obra y el 28 de julio de 1896 terminó de trabajar en la extensa composición. Originalmente, los movimientos debían tener estos nombres programáticos: “Pan despierta. Llega el verano”, “Lo que me dicen las flores del prado”, “Lo que me dicen los animales del bosque”, “Lo que me dice la gente”, “Lo que me dicen los ángeles”, “Lo que me dice el amor”.1 Mahler retuvo este concepto creciente en términos de contenido, pero decidió abstenerse de nombrar los movimientos programáticamente.
En el plan original, Mahler incluyó un séptimo movimiento, "Lo que me dice el niño".2 Sin embargo, este se eliminó más tarde y formó el movimiento final de la 4.ª sinfonía bajo el título "Vida celestial.
Análisis y planteamiento… El curso general de la obra es, por lo tanto, extremadamente heterogéneo. Típico de Mahler es la yuxtaposición de elementos con contenido contrario. Por ejemplo, las melodías suaves siguen a la música militar y los sonidos místicos siguen a la música bailable ingenua. Mahler lleva este enfoque aún más lejos en la Cuarta Sinfonía.
Un ejemplo palpable de la visión estética del maestro Mahler es el Adagio, inspirado por Bruckner, la apoteosis final es el único resultado concebible en el contexto del modelo graduado de la sinfonía, a pesar de algunos comentarios tales como: “Mi sinfonía será algo que el mundo nunca ha escuchado y toda la naturaleza tiene una voz en ella y cuenta secretos tan profundos que uno quizás los sospecha en sueño, por momentos me siento raro con ciertos pasajes, y siento como si no lo hubiera conseguido en absoluto".
La instrumentación de la sinfonía está escrita para una gran orquesta sinfónica, de dimensiones similares a la necesaria para interpretar la anterior sinfonía de su autor. En este caso, a las fuerzas orquestales se añaden una voz de contralto solista, un coro femenino y coro de voces blancas. El score de la obra pide la participación de la siguiente plantilla, Gran orquesta sinfónica: flautas, y piccolos, oboes, clarinetes y clarinete bajo, (doblados) fagot y contra fagot, metales doblados (cornos franceses, trompeta, trombones y tubas) más una orquesta de vientos (banda) percusión duplicada, coro de voces femeninas, coro voces blancas y una mezzo-soprano. Un promedio mínimo de 200 personas, puede ser más, pero menos es poco recomendable.
Ejercicio:
Visualizar: luz de color azul celeste
Intérprete: Orquesta Sinfónica Simón Bolívar
Obra: Sinfonía No, 03 Compositor: Gustav Mahler
Conductor Orquestal: Gustavo Dudamel
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