Por: Delfín Martell G.
El universo
vertical del arte sonora es definido por la palabra armonía; termino eminentemente
de influencia occidental. La armonía de
los sonidos, al igual que la armonía entre los humanos, es una estética consumada
por la evolución y las costumbres; palabras sabias del maestro Jesús Fernández Vizcaíno.
Pero es aún más cierto que todo es posible con nuestros doce sonidos, fruto no
de la casualidad, sino de los armónicos naturales generados por los cuerpos
sonoros de este espacio-universo; llamado Tierra. El sonido es capaz de ser
refinado, brusco, sensible, bélico, femenino, masculino, dulce, áspero y más.
Sólo tenemos que unirlos, asociarlos de una manera u otra, para que respondan
como nosotros queremos, son dóciles pero, al igual que los humanos, pueden ser
agresivos si no los tratamos y domesticamos con sensibilidad, amor y con mucho
estoicismo y constancia. Cuando hablamos de armonía de color debemos cambiar radicalmente nuestros
hábitos.
Las funciones tonales y los enlaces más comunes de la armonía
funcional tienen muy poca cabida en este apartado estético. Eso significa que
debemos liberar, o mejor, relajar la estricta aplicación de los tecnicismos
estudiados hasta ahora. El maestro Miguel Casas Augé comentaba en sus clases
que se debía estudiar la armonía; pero luego, olvidarla…el maestro se refería
al hecho de estudiar y manejar el aspecto teórico, pero luego, aplicarla en
función de la creatividad. Un ejemplo real es el caso de la Armonía Tonal,
al igual que nuestra sociedad actual, tal vez no sea la mejor, pero es producto
de nuestra evolución. El Prof. Jesús Fernández lo explicaría; más o menos de
esta forma: Tampoco es la única, también podríamos partir del caos, al igual que
en la atonalidad, el serialísmo, etc., para llegar a otro tipo de Armonía; o
bien formar otra escala de valores, otras jerarquías, etc. Sea cual sea la
manera, bien por el caos o por el orden, o por un orden desordenado, nuestro
fin último será la agrupación, la unión, la sucesión, la convivencia de unos
sonidos, o de unos humanos, la Armonía. Incluso, podríamos aseverar con
rotundidad que, la evolución de los conceptos de consonancia y disonancia es,
sin duda alguna, la evolución de la Música y por lo tanto de la Armonía.
Parece un contrasentido
actuar de forma contraria a lo que habitualmente establece la creación
artística musical, que parte de una melodía que se embellece y complementa
posteriormente con la armonización y orquestación. Pero sin duda la armonía tiene sus propias exigencias y una de ellas
consiste en que prevalece la idea armónica como elemento referente por encima
de los demás. El intimo encuentro del hombre con el sonido interior, que esta
en función del pensamiento abstracto del
hombre.
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