sábado, 7 de enero de 2012

CELIA CRUZ Y EL INSTRUMENTO VOCAL LATINO…



Especial: (Salsa)
El arte del sonido muestra una vez más que,  la voz es el instrumento musical por excelencia y su ejecución disciplinada, bien utilizada, llega profundamente al consiente colectivo del hombre a través el hecho estético y comunicacional. El ejemplo de esto, justamente lo muestra, Celia Cruz y su instrumento vocal integrado al discurso latino del arte de la música.   
Celia Caridad Cruz Alfonso nació en el barrio de Santos Suárez de La Habana el 21 de octubre de 1924 y fallece en Fort Lee, Estados Unidos,  el 16 de julio del 2003. Cantó en las orquestas: Gloria Matancera y Sonora Caracas y formó parte del espectáculo Las mulatas de fuego, que recorrió Venezuela y México. En 1950 ya había intervenido en varias emisoras cuando pasó a integrar el elenco del cabaret Tropicana, donde la descubrió el director de la Sonora Matancera, el guitarrista Rogelio Martínez, y la contrató para reemplazar a Mirta Silva, la solista oficial de la orquesta.
En los años cincuenta Celia Cruz y la Sonora Matancera brillaron en la Cuba de Pío Leyva, Tito Gómez y Barbarito Díez; del mago  musical Benny Moré, del dúo Los Compadres, con Compay Primo (Lorenzo Hierrezuelo) y Compay Segundo. Celia aporta al universo musical su Cao Cao Maní Picao que se convirtió en un éxito, y otro posterior, Burundanga. Tema musical que la llevó a Nueva York en abril de 1957 para recoger su primer disco de oro. Celia Cruz se había ganado ya varios de los apodos y títulos con que quisieron distinguirla: La Reina Rumba, la Guarachera de Oriente y, desde las primeras giras -por México, Argentina, Venezuela, Colombia, la Guarachera de Cuba. El 15 de julio de 1960 la banda en pleno consiguió el permiso para presentarse en México y, una vez allí, en parte impulsada por el agravamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, decidió no regresar. Después de un año de aplausos en la capital azteca, Celia Cruz se mudaba a Estados Unidos y sellaba su primer compromiso para actuar en el Palladium. El 14 de julio de 1962, Celia Cruz se casó con el primer trompetista de la Matancera, Pedro Knight, quien a partir de 1965, en que ambos dejaron la Sonora, se convirtió en su representante. Celia Cruz inició su trayectoria como solista junto al maestro Tito Puente, con el que grabó ocho álbumes. Los jóvenes hispanos de Nueva York la descubrieron en 1973 en el Carnegie Hall, cuando integraba el elenco de la «salsópera» Hommy, de Larry Harlow.
Posteriormente, participó en un legendario concierto grabado en vivo en el Yanquee Stadium con The Fania All-Stars, ensamble integrado por líderes de grupos latinos que grababan para el sello Fania. Ya era famosa en 1974, cuando grabó el disco Celia & Johnny con el flautista dominicano Johnny Pacheco, considerado el primer clásico del género. Desde entonces, el éxito fue una  constante en centenares de conciertos coreados por un público entregado al grito de su Bemba colorá.
« ¡Azúcar!» un potente grito de guerra, la contraseña de apertura y cierre de sus conciertos y la clave para hacerse entender en todo el mundo.                          
Celia Cruz siempre estuvo abierta a nuevas experiencias que la llevaron a abordar otros ritmos. La Cruz se erigió en la imagen distintiva de la salsa con orquestas como: las de Tito Puente, Willie Colón, Ray Barretto o Johnny Pacheco, y así llegó a cantar incluso rock o tango. A demás de improvisar duetos con sus amigas Lola Flores, Gloria Estefan, Dionne Warwick, Gloria Gaynor y  Patty Labelle.
Prensa: Sonovisión-Fundaintegram
Twitter:@capsulasonora/@difusionlatina

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