Los estados de ánimo son armas de doble filo, que vibran y lanzan al espacio ondas que se transforman en sonidos y a su vez estos en colores.
(Delfín Martell) Antes de continuar con el tema, es necesario refrescar algunos conceptos planteados anteriormente como es la visión binaria del hombre
maquina: Cada puerta única de la cara, corresponde a
un órgano único del interior del cuerpo; cada puerta doble de aquélla, está en
relación con otro doble de éste. Así, la boca, que es una, responde a un solo
estómago; la nariz, que es doble, tiene dos pulmones; los ojos que son dos,
refiéranse a los dos hemisferios cerebrales y del cerebelo, dependen los dos
oídos.
Si dejamos a
un lado las funciones puramente especiales y privativas de la máquina humana,
para no ocuparnos más que de aquellas que resultan de utilidad al hombre
verdadero, veremos que en resumen, el objeto del citado mecanismo, es la
fabricación de la fuerza nerviosa que enlaza al hombre consciente con la parte
orgánica por medio de la sensación y de la voluntad.
1.-El
oído humano no percibe los sonidos que pasan de cierta frecuencia. Cuando algo
gira emitiendo un sonido que va en aumento de velocidad, pasada la frecuencia
imperceptible para el humano se comienza a ver grados de color, empezando por
el rojo oscuro.
A
medida que aumenta la velocidad el color se va haciendo más brillante, luego
pasa al naranja, luego al amarillo, de allí al verde, al azul, al añil y al fin
violeta. Si la velocidad aumenta se vuelve blanco, y de allí en adelante
suceden los rayos llamados “equis” (X), luego electricidad y finalmente el
magnetismo.
2.-
Los planos siguientes son mentales y espirituales. Einstein decía que mientras
más estudiaba la electricidad más cerca se encontraba del espíritu. Para los
humanos estas cosas son aún inexplicables. Pertenecen a los planos sutiles
donde residen nuestro cuerpo Astral, Etérico, Emocional, Mental y Espiritual.
Los
estados de ánimo vibran y lanzan al espacio esas vibraciones en sonidos y en
colores. Todos los estados mentales
se lanzan al exterior del cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines
como hacen los instrumentos musicales, y estas vibraciones afectan en bien o en
mal a otras mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que están a
tono con ellas.
Por ejemplo, si alguien se encoleriza, lanza
vibraciones de ira, las cuales son atraídas magnéticamente por otro que está
también encolerizado -se aumentan- unas a otras. El estado emocional va
empeorando y se puede llegar hasta el crimen cuando las personas afectadas no
tienen el hábito de controlarse.
Los pensamientos e ideas respecto a Dios,
sobre los Maestros de Sabiduría, sobre el Yo Superior o sobre todo lo noble y
puro tienen vibraciones altísimas. Estas elevan cualquier vibración menor,
pudiendo curar enfermedades, resolver problemas, etc... continuara