domingo, 26 de mayo de 2019

El arte sonoro, no es de este planeta (IV)


Karlheinz Sotockhausen, reconocido compositor “Serialísta”  de origen Alemán (1947- 2007),  afirmó que el arte sonoro no es de éste planta y citó… Desde mi infancia he tenido la intuición de que no soy de aquí, de este planeta, y de que lo esencial de mi misión en la Tierra consiste en establecer, a través del arte sonoro, lazos entre los terrestres y  extraterrestres. Fin de la cita…

(Delfín Martell) En el ciclo de reportajes “Del Gobi al Macizo Guayanés” expongo la verdad oculta que por milenios declara la existencia de dos clanes de exploradores extraterrestres. “Exploradores provenientes del planeta Niburí, llamados Anunnakis”. Esta casta de visitantes de otros mundos deja sembrado al planeta con su ADN, de ésta combinación genética se desprenden las razas “roja, negra, amarilla y blanca”. La cual ésta última detenta el poder a través de intrigas y control de todos los aspectos económicos del planeta, a través de su linaje llamado “reptil ario o reptil blanco”. En la entrega no. 02 del reportaje “Del Gobi al Macizo Guayanés  también comentó que Venezuela forma parte de un eje energético de gran importancia ubicado en el Maziso Guayanés. Eje que hace millones de años representó un punto de enclave o marca referencial para aterrizajes de naves espaciales. “Provenientes estas de Nibiru, planeta origen de los Anunnakis”. La razón de su arribo a la tierra persiguió  la necesidad de transportar oro, mineral energético y restaurador para su planeta.
    El arte sonoro es una herramienta valiosa, en muchos escenarios de vida del ser humano en la Tierra. Escuelas de pensamiento filosófico-herméticas cultivan promueven y difunden el arte sonoro como parte de su misión en este planeta. El sonido -como arte- expresa la visión intelectual del hombre a través de la observación -por siglos- del mero hecho físico y; la respuesta de este a su efecto catalizador y bienhechor.
    Hermes Trismegisto (titán de origen extraterrestre), en su texto El Kybalion expresa que “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”.  Esta sabiduría antigua, herencia de los primeros místicos, fue transmitida y estudiada durante varios periodos de la historia llegando hasta nuestros días a los horizontes de la física teórica, la cual mediante la teoría de cuerdas ha logrado proponer la premisa fundamentada de que todas las partículas que conforman la materia son estados vibracionales de un objeto denominado filamento o cuerda.
      Partiendo de este punto, es posible concebir al sonido -especialmente la música- como una herramienta que puede tener un impacto sumamente poderoso sobre nuestra estructura no solo etérea sino material. La música se define como: “Arte de combinar los sonidos en una secuencia temporal atendiendo a las leyes de la armonía, la melodía  y el ritmo y un mecanismo de socialización y comunicación”. En otras palabras, la música es una conjunción de sonidos filtrada de manera racional e intuitiva, pero que lleva en su interior códigos específicos.  El arte sonoro como disciplina se ha conectado al desarrollo cultural de muchos pueblos concebido como un elemento  sublime dentro de lo ritual y lo estético. Entre sus múltiples usos que se le ha dado a la música en diferentes culturas ha estado los usos ritualística (diversas religiones) los usos marciales y patrióticos, los de entretenimiento y terapias alternativas como: musicoterapia, vibración sanadora y más.  

    En el tiempo este noble oficio ha sido subvalorado. Pero las nuevas tendencias filosóficas han rescatado el valor transcendental, mediando entre la simple denominación de producto “música popular” y el enorme potencial oculto tras la visión simplista de la línea melodía enriquecida por un buen arreglo orquestal. Transmutando los elementos estético-sonoros hacia el sublime arte de sanar a través de códigos -dejando atrás- la mediocridad racional y a la ignorancia colectiva. Es aquí donde escuelas filosófico-herméticas actualmente  podrían entrar a jugar un papel importante al rescatar la intención primordial de la música, siguiendo el camino transitado por los grandes compositores renacentistas    (Masones-Rosacruces) y darle un valor no solo estético sino interdisciplinario para así convertirla en una herramienta transversal -como de hecho está sucediendo- desde hace tiempo atravesando los campos sociales, culturales, educativos y científicos del actual colectivo humano. 
    Con el despertar de la conciencia los pensadores comprometidos con diferentes escuelas filosófico-herméticas han iniciado el compromiso creativo de componer música con intenciones holísticas y discursivas mostrando el incalculable valor del arte sonoro como herramienta de comunicación masivas de la sociedad actual, se tocaría las fibras de gente joven, los motivaría a trabajar por el cambio, así mismo haría recapacitar a más de uno a la hora de actuar erróneamente.
    La  música es vehículo educativo a través de la misma, no solo a una población  especifica sino a sí mismo, se puede enseñar mediante la música a escuchar a los demás, a recibir los acordes que cada individuo puede aportar a su progresión armónica y a resolver todas las sensibles que se presenten en el    día a día.
    El arte sonoro puede curar las enfermedades del alma, así como reestructurar los poliedros vibrantes que componen nuestras cadenas de ADN. El arte sonoro y vibrante ayudaría a comprender la  importancia de la intuición, de la  reflexión, de la introspección y de la conciencia pues aprendería a escuchar las canciones de la naturaleza propia del ser. Así mismo si dominas el lenguaje musical puedes entonar de manera acertada cada palabra que emana de tu ser para así emitir de manera más acertada y convincente tus discursos.  
    La hermosa virtud del hombre comprometido con el estudio de la hermética y el arte sonoro se vería evidenciada en su capacidad de manipular la mayor cantidad de lenguajes y formas de comunicación  para poder transformar la realidad misma mediante un mensaje que se vuelva obra y deje huella.  Partiendo del estudio concienzudo de la hermética y el arte sonoro, se puede  crear híbridos que proyecten acertadamente una perspectiva específica de la realidad. Por ejemplo, al mezclar el lenguaje musical con el idioma generamos canciones que producen una hermosa herramienta comunicacional -lo mismo- al combinar la ciencia con el lenguaje sonoro- estético obtenemos métodos interesantes como la musicoterapia, audiotrepia, fonoterapia y la vibración sanadora, métodos que se alimentan de la matemática y la física teórica. Estas combinaciones dan como resultado series y secuencias en código que aspectan positivamente la psiquis humana.

Una vez más afirmo…  el arte  sonoro, no es de este planeta
Karlheinz Sotockhausen
    Haciendo mención de los orígenes del arte sonoro -según Sotockhausen- hay que abordar los orígenes del hombre en la tierra, para entender al arte sonoro en contexto y su necesario uso.  
Cito: cuando nos peguntamos sobre el origen de la música, antes hemos de saber cuál es el origen del hombre. Desde que el hombre existe ha habido música. Pero también los animales hacen música, y los átomos, y las estrellas;  todo cuanto vibra hace música. La música que perciben los seres humanos, es música humana; la música de los átomos, de las estrellas, de los animales,  para que los hombres puedan percibirla, debe ser transformada.
    Los orígenes del hombre han sido  descritos en numerosos mitos. Desde hace algunos años ha empezado una nueva era en el mundo, y la historia del hombre empieza a tener sentido.
    Estoy persuadido de que la sustancia bruta de que esta hecho el hombre, proviene de la tierra,  de los reinos mineral, vegetal y animal. Pero al mismo tiempo, estoy convencido de que, hace 450.000 ó 500.000 años, uno seres venidos de otro punto del Universo han  traído al hombre la cultura y la música. Fin de la cita…
Para entender en contexto lo afirmado por Sotockhausen, recomiendó leer Uranita (nombre dado a la Tierra) editado por la fundación Uranita de Chicago (EE.UU.)  El libro describe rigurosamente la historia de nuestro planeta y la instauración de la cultura en él por los extraterrestres. Habla incluso de la caída de estos seres, de su decadencia respecto al espíritu central del Universo y también del papel exacto de la música y el músico.
El Maestro  Karlheinz Sotockhausen, más adelante comenta y cito: Desde mi infancia he tenido la intuición de que no soy de aquí, de este planeta, y de que lo esencial de mi misión en la Tierra consiste en establecer, a través del arte sonoro, unos lazos entre y los terrestres  extraterrestres.
    La música es un médium del espíritu, el médium más útil, ya que penetra hasta los átomos del hombre, a través de toda la piel, a través del cuerpo entero, no solo a través de los oídos, y hacerlo vibrar. Es el medio más importante para poner al hombre en contacto con su procreador, su creador. Esto es lo que, a mi entender, han olvidado la mayoría de las personas, o no quieren admitirlo. Pero estoy íntimamente convencido de ello, y creo que debe decirse.  

    Somos música, estamos hechos de ella y por eso nos sentimos tan bien cuando se entona una melodía preciosa acompañada de las dinámicas y de  las texturas precisas. Una vez sometidos a la belleza de la música, nuestro instinto animal se adormecerá para dar paso al hombre virtuoso, el cual estará dispuesto a escuchar de  manera atenta y consciente las necesidades que aquejan la realidad de nuestros días.
Continuara…
Móviles(es)  0241-4516712 /  0412-8818389
E-mail: delfin.martell72@gmail.com
delfinmartell.blogspot.com
Elmagosonoro.blogspot.com
Semanario Kikirikí
Redes...
Twitter:
@delfinmartell72
@difusionlatina
@capsulasonora

No hay comentarios: